Este artículo está extraído del libro «Royo. Una familia, una empresa, un legado», escrito con motivo del 50 aniversario de nuestra actividad empresarial.
Cada mes, desde Invext Corporation, compartimos una píldora de nuestra historia, llena de múltiples aprendizajes y valores que ayudan a entender de dónde venimos, hasta dónde hemos llegado y cuáles queremos que sean nuestros próximos pasos. Esperamos que compartir nuestra visión pueda ayudar o inspirar a otras familias empresarias a creer que la mejor manera de honrar un legado es crearle un nuevo futuro.
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En muchas ocasiones, cuando una empresa crece y adquiere la condición de multinacional, se produce un abandono de su esencia primigenia. Al crecer en tamaño, facturación y alcanzar más de setenta países, podría haber sucedido esa pérdida de los valores, pero el ADN Royo se mantuvo gracias a un espíritu corporativo cada vez más definido.
Para Pascual, esa cultura con apellido Royo se explica porque “Desde los inicios, he cuidado de mi equipo y de mis personas. Ese trato cercano, de familia, de empatizar con los demás, ha sido una característica muy mía. El pequeño taller que creé prácticamente de la nada, con la ayuda de mi equipo, lo pude transformar en un grupo empresarial líder en Europa”.
El crecimiento y la profesionalización de la empresa no han sido óbices para proteger los valores fundacionales. Aquí radica la clave para entender cómo Royo ha podido perdurar y seguir creciendo pese al paso de los años y las circunstancias económicas.
En 2012 se produce la expansión a América con Royo México y Royo USA. Con el trabajo bien hecho y con las inversiones en marcha en toda Europa, tanto desde España como desde Polonia, la empresa puede poner la mirada en la expansión hacia una nueva aventura: el continente americano. Durante ese periodo se afianzan colaboraciones con otras empresas de Latinoamérica. Los mimbres para iniciar el Proyecto América están asentados. Se inicia el desarrollo comercial en el mercado americano con la apertura de delegaciones comerciales en distintos países, EE. UU., Costa Rica, Chile, Colombia y Perú, y la apertura de la tercera fábrica en México.
Destaca la apuesta por el mercado más importante del mundo: Estados Unidos. Se tomó una decisión valiente en 2012 al implementar una delegación propia, con oficina comercial y almacenes en el país. Silvia Royo fue la encargada de liderar este incipiente proyecto, estableciéndose para ello en el país y vinculándolo a su trayectoria vital. Hoy, diez años más tarde, la familia Royo tiene una sólida parte de su negocio en Estados Unidos, y una de sus componentes crece y echa raíces en el continente, lo que facilita la consolidación de la iniciativa.
Innovación: una constante en la empresa
El año de la expansión a América es también el año en el que Royo Group recibe de la mano del entonces príncipe Felipe el Premio Nacional de Innovación y Diseño 2012. Este Premio fue debido, entre otros factores, a la inauguración del Royo Group Innovation Center, un centro con más de seiscientos metros cuadrados al servicio del diseño y la mejora de productos y procesos. A través de él, se desarrollaron e integraron nuevos sistemas y aplicaciones tecnológicas en el plan industrial de la empresa con el objeto de dar un importante salto cualitativo hacia la estandarización y eficiencia en el diseño, así como la producción y la comercialización de los productos.
La gestión de proyectos entre las diferentes plataformas productivas fue clave, pero antes que la tecnología, estaban las personas. La incorporación de nuevas tecnologías y nuevos procesos de trabajo no cambiaron la forma de relacionarse con los trabajadores ni la cultura de cercanía con ellos. Es más, los empleados fueron los primeros beneficiados, ya que estas tecnologías mejoraban su forma de trabajar adaptándola a los nuevos tiempos.
La digitalización de los procesos productivos ha conseguido que Royo incremente tanto la eficiencia del consumo de materias primas como la optimización de tiempos de trabajo y la productividad.
Cambio de paradigma: el salto al liderazgo europeo y el inicio del camino al liderazgo mundial
En 2017, Royo vuelve a saltar de continente, en este caso hacia Asia, y se abre al mercado de la India, el segundo país más poblado del planeta. Royo Kothari India nace y ya es una realidad. El nombre de la filial, que comenzó a operar en septiembre de ese año desde Bombay, deriva del socio local con el que se alió la multinacional. Royo seguía explorando nuevas oportunidades que le hicieran seguir creciendo y repartir sus esfuerzos por el mundo.
Años antes, en el 2015, Raúl hizo una reflexión sobre todos los años de crisis, cambios y crecimiento que habían transcurrido desde 2008: “Hemos superado la crisis mundial más importante de las últimas décadas, hemos abierto fábricas en Polonia y México, además de nuevas delegaciones comerciales en América e India. ¿Qué más tenemos que hacer para aprovechar este importante empujón empresarial que estamos viviendo? Para ser más fuertes, tenemos que rodearnos de los más fuertes y disponer de la cobertura financiera necesaria que nos permita seguir invirtiendo y creciendo sin condicionar las finanzas familiares, muy castigadas tras la crisis del 2008.”.
En 2016, H. I. G. Europe, la filial europea de la firma de capital riesgo H. I. G. Capital, comunicó que había realizado una inversión significativa en el capital de Royo Group. “El objetivo con la entrada de H. I. G. es convertirnos en el líder europeo en la fabricación de muebles de baño e incrementar nuestra presencia en otras áreas del segmento de productos para cuartos de baño. La entrada de H. I. G. en el capital de Royo Group se enmarca en nuestro Plan Estratégico One 2020.”, declaró en su día el propio Raúl.
Para H. I. G. Europe, entrar en Royo era una oportunidad para participar en un sector muy interesante y con muchas posibilidades. El trabajo de la familia, la solidez del equipo directivo y la presencia internacional, así como el crecimiento sostenido y la gestión de la crisis financiera, llamaron la atención de este fondo de capital riesgo. Aunque la entrada de un socio inversor aumentaba las posibilidades de contar con más capital para expandirse a un número mayor de países, también suponía la pérdida de la autonomía de la que goza una empresa familiar.
La familia lo veía claro, como explica Raúl: “Si nos ayudábamos del potencial financiero de los fondos de inversión durante cuatro o cinco años, podíamos invertir y tener grandes resultados en la estrategia. Si eso se daba, podríamos dar el paso para buscar un socio industrial que quisiera valorarnos como líderes europeos del negocio y al que podríamos aportar un valor a largo plazo para la continuidad perpetua de la empresa.”.
En el año 2021, la historia de Royo cuenta con un nuevo aliado y un nuevo player: el Grupo Roca. La empresa catalana dedicada al diseño, producción y comercialización de productos para espacios de baño adquiere el 75 por ciento de Royo Group a través de la compra de la mayoría de la participación al fondo estadounidense H. I. G. La familia Royo sigue en el capital de la compañía con una participación del 25 por ciento, además de mantener la gestión, pero tiene que abordar otra forma de hacer las cosas, con mayor complejidad a la hora de tomar decisiones, pero con más oportunidades para llevar a cabo su expansión mundial.
Así nació Royo Bathroom Furniture Competence Center de Roca Group, la división mundial de muebles de baño del grupo Roca, un conjunto de marcas líderes y de prestigio que diseña, fabrica y comercializa muebles de baño para todo el mundo.
Con esta operación, Royo y Roca se unen para ser líderes mundiales en mobiliario de baño. La cifra de negocio global es superior a los 173 millones de euros y cuenta con una producción cercana a los 2 millones de unidades al año. La nueva división creada por las dos firmas incluye nueve centros productivos ubicados en España, Portugal, Polonia, República Checa, Rusia, China y Brasil, y más de 1800 empleados. “El sentimiento que tenemos con la entrada de Roca no es de pérdida, sino de futuro y largo plazo para la compañía.”, explica Raúl.
Según Santiago, “Tener al líder mundial en un sector, que se haya fijado en nosotros y que haya confiado, lo veo como un éxito, la guinda del pastel, la recompensa por los años de trabajo de mi padre y de Raúl.”.
De esta etapa podemos extrapolar varias enseñanzas empresariales:
1- La innovación debe empaparlo todo. Encontrar nuevos y valientes caminos para seguir creciendo es innovación. Cuando el proyecto está claro, los límites no existen.
2– Personas, personas, personas. El crecimiento de una empresa nunca debe afectar a la relación con las personas. Para una empresa familiar, evolucionar en este sentido es difícil, por eso es necesario forjar una cultura corporativa significativa que recoja los valores fundacionales y las relaciones con los primeros trabajadores, que permita fácilmente trasladar el espíritu fundacional a través del tiempo.
3- Optimismo. Nunca hay que conformarse, lo mejor aún está por llegar. La confianza y seguridad en las estrategias diseñadas son habilidades empresariales clave y, aunque deben ir siempre acompañadas de rigor y profesionalización, se convierten en una fuerza motora que lleva a la persona empresaria a traspasar límites inimaginables.
Santiago Royo – CEO Invext Corporation