El dinero es cobarde. Y así lo vemos cada día en titulares que nos hablan del invierno inversor o de la volatilidad del capital en función de factores geopolíticos, sociales, medioambientales…
Sí, el dinero suele ser prudente, busca rendimientos seguros y estables y debe vivir atento a su entorno… pero también debe ser valiente, un capital inquieto al que le gustan las aventuras razonables y que, además, no suele lanzarse a ellas en solitario porque va acompañado de otros factores (conocimiento, experiencia y capacidad de acción), que aportan muchas garantías para que la inversión acabe en buen puerto.
El dinero valiente encuentra su hábitat de desarrollo perfecto en las pequeñas empresas. Un nicho desatendido por gran parte de fondos y gestoras, pero que a menudo se enfrentan a desafíos financieros que limitan su crecimiento y sostenibilidad a largo plazo. Estas empresas necesitan encontrar socios que contribuyan en su desarrollo empresarial en un contexto de difícil acceso a financiación y un sistema bancario cada vez más concentrado.
Cada vez son más los inversores que están apostando por este segmento del mercado que tradicionalmente ha recibido menos atención. Y el enfoque no se basa en economías de escala, sino en el potencial de crecimiento y la contribución al tejido empresarial. En España, las PYMES suponen el 99,8% de las empresas, representan el 62% del Valor Añadido Bruto (VAB) y el 66% del empleo empresarial total*
(El 90% de las empresas, entre el 60 y el 70% del empleo y el 50% del PIB mundial)**.
Los beneficios de invertir en empresas pequeñas son múltiples:
1. Impulso al Crecimiento del Tejido Empresarial: Invertir en empresas pequeñas contribuye a la diversificación y fortalecimiento del tejido empresarial. Estas inversiones proporcionan los recursos necesarios para que estas empresas expandan sus operaciones, desarrollen nuevos productos y accedan a mercados más amplios.
2. Apoyo en Procesos de Sucesión: Muchas empresas pequeñas son de carácter familiar y enfrentan desafíos en la transición generacional. La inversión externa puede facilitar procesos de sucesión más suaves, asegurando la continuidad del negocio y evitando la pérdida de empleos y conocimientos.
3. Profesionalización y Mejora Continua: La entrada de capital de inversión a menudo viene acompañada de asesoramiento estratégico y apoyo en la gestión. Esto puede llevar a una mayor profesionalización de la empresa, implementando mejores prácticas de gestión y fomentando una cultura de mejora continua.
Invext es fruto de un proyecto empresarial, Royo Group, que ha desarrollado con éxito su camino atravesando todas las dificultades que encuentra una pequeña empresa hasta consolidarse como líder europeo en su categoría. Un camino que deja muchos aprendizajes y que se suma a la voluntad de la familia Royo por contribuir al tejido empresarial, dando así sentido a una estrategia de inversión que no solo busca rentabilidad financiera, sino también el desarrollo sostenible y equilibrado de la economía.
Porque el dinero valiente no viaja solo, va acompañado de experiencia y conocimiento, y encuentra su máxima expresión generando riqueza mientras ayuda a otros a crecer.
Raúl Royo
*Fuente Ministerio Industria, Turismo y Comercio
** Fuente Naciones Unidas