Este artículo está extraído del libro «Royo. Una familia, una empresa, un legado«, escrito con motivo del 50 aniversario de nuestra actividad empresarial.
Cada mes, desde Invext Corporation, compartimos una píldora de nuestra historia, llena de múltiples aprendizajes y valores que ayudan a entender de dónde venimos, hasta dónde hemos llegado y cuáles queremos que sean nuestros próximos pasos. Esperamos que compartir nuestra visión pueda ayudar o inspirar a otras familias empresarias a creer que la mejor manera de honrar un legado es crearle un nuevo futuro.
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Pascual, sin saberlo, siempre apostó por la profesionalización. Es una persona capaz de abarcar mucho, pero lo que mejor ha hecho siempre es delegar en los que saben hacer las cosas mejor. Los primeros pasos en la profesionalización llegaron con la incorporación de Mari Carmen a Royo para apoyar a su marido en las tareas contables. Mientras Pascual se centraba en realizar con sus manos cada vez más encargos, ella ponía en orden la parte administrativa y contable, gracias a lo aprendido en la empresa para la que trabajaba.
Lo que mejor hizo Pascual fue rodearse de gente buena, creciendo hasta tener una empresa con 250 empleados, unos 1.200 puntos de venta en España y un comienzo exitoso en las actividades de exportación. Pero al seguir creciendo, necesitaba crear una sólida estructura y para ello recurrió a Raúl, el mayor de los hermanos, que acababa de formarse en nuevos modelos de gestión empresarial.
Pascual y Mari Carmen siempre tuvieron claro lo que querían para nosotros: la educación que ellos no habían tenido pero, a la vez, desde pequeños nos orientaban hacia el esfuerzo y los veranos nos obligaban a sacrificarnos un poco. Recuerdo días enteros de estar montando cajones y aprender sobre los distintos tipos de trabajo que hay en la fábrica. Sin esfuerzo, no hay resultados. El esfuerzo es un valor que aprendimos y siempre se ha ido viendo en la empresa. Uno de los aprendizajes que mis hermanos y yo nos aplicamos, tanto a nivel personal como empresarial.
Crecimiento
El aumento de la facturación, las colecciones, los puntos de venta, los empleados y el número de países a los que exportaban crecían. En 2004, Raúl fue nombrado director general e impulsó un equipo de dirección con profesionales externos, de avalada experiencia en empresas de mayor tamaño, que contó con el reconocimiento de nuestro padre para sostenerlo todo. Las cosas fueron saliendo bien y Pascual veía claro que pasar el testigo era una de las claves del crecimiento y la evolución de la empresa.
El family office de la familia, Invext, también siguió el mismo proceso de profesionalización. Pascual impulsaba los proyectos y nosotros añadimos una capa de sistematización y profesionalización que permitía que esas ideas crecieran y pudieran escalar. Pero eso no siempre es fácil, porque depende de la voluntad del fundador, su visión sobre el proyecto empresarial y la confianza en las siguientes generaciones.
Pascual siempre dice que hay muchos empresarios que se resisten a cambiar cuando las cosas van bien, pensando que nadie lo puede hacer mejor. Él confió primero en Raúl y más adelante en Silvia y en mí. Fueron decisiones valientes, como otras tantas que ha tomado en su vida.
De esta etapa podemos extrapolar varias enseñanzas empresariales:
1- Excelencia organizacional y profesionalización. En una empresa no vale solo con hacer las cosas bien, hay que hacerlas perfectas o, al menos, aspirar a ello. Hay que invertir en el mejor talento, herramientas, maquinaria y equipo gestor.
2- Generosidad y confianza en la siguiente generación (en tiempos de prosperidad).Delegar responsabilidades y exponerse a los cambios no siempre es fácil. El peor enemigo para la prosperidad de un proyecto empresarial es el ego. Los fundadores deben reconocer sus limitaciones y ceder parcelas donde se toman decisiones a otras personas que tengan mayor formación y criterio para dar los siguientes pasos. La clave es saber dónde uno aporta valor, ejercer el desapego al poder, confiar en las personas escogidas y ceder con generosidad la toma de decisiones.
Santiago Royo – CEO Invext Corporation